Netflix para los políticos, ¿o para mi prima?

(originalmente Publicado en El Espectador en Abril 13 del 2019)

#EconomíaParaMiPrima

En esta serie de columnas buscamos explicarle economía básica a mi prima de diez años. En este frente hemos discutido leyes de financiamiento, propuestas de campaña y la filosofía de la desigualdad. Pero hoy, lo más ilustrativo es, una vez más, el Plan Nacional de Desarrollo (PND).

Mira, Isabel, le expliqué a mi prima; el PND es una “hoja de ruta” para los años que vienen del presidente electo. Es la ley de leyes, donde el gobierno le presenta al Congreso su plan para el crecimiento del país, la planeación, la inversión y sus metas. Es un documento que elaboran los técnicos Departamento Nacional de Planeación y suele llegar al Congreso con muchas bondades; hasta que llegan los políticos.

Uno creería que lo ha visto todo cuando escucha un candidato a la Presidencia decir que se pueden reemplazar los ingresos petroleros del país con aguacates, pero para sorpresa nuestra, este país da para más. Por ejemplo, en este PND, una representante pasó un artículo donde el Estado le impone una cuota de contenido colombiano (cuota mínima, dice ella) a plataformas digitales como Netflix.

Isabel, mi prima de diez años, podrá saber poco de economía, pero ella entiende que ni Netflix ni HBO escogen libremente su contenido, pues son “esclavas” de los gustos del usuario. Ella sabe que al final del día, si el usuario quisiera ver contenido colombiano, las plataformas lo pondrían sin necesidad de leyes, pues sus ganancias dependen de satisfacer ese deseo.

Al principio lo dudó.

  • Pero es que la televisión colombiana es muy buena. – Me dijo – si Netflix pusiera contenido colombiano, tendría más clientes y ganaría mucho más dinero.

Para saber si eso es verdad o mentira, se necesita un estudio de mercado y un olfato muy sofisticado de esa industria. La pregunta es, ¿qué olfato deberíamos usar? ¿el de los directivos de Netflix, que tienen la experiencia y la formación para elegir el contenido, y que aparte su empleo y su sueldo dependen del éxito de este?

¿O deberíamos usar el olfato de un tercero? Un burócrata que no tiene ni la experiencia, ni la formación en escoger contenidos y mucho menos tendrá la responsabilidad si algo sale mal. Quienes pagan los platos rotos al final del día son, como siempre, los usuarios.

  •  “Prima, lo que tú piensas es muy respetable, pero es una idea de negocio, no una política pública. Podemos estar convencidos de nuestros gustos y podemos intentar convencer a otros de ellos, pero no tenemos derecho de imponérselos a través del Estado”.
  • Es simple – me dijo – quien no quiera ver contenido colombiano, no está obligado a verlo.
  • Así es hoy en día, prima. Si a alguien le disgusta el contenido de una plataforma, puede acudir a otra de su gusto; así es como el usuario “vota” con su dinero para escoger contenido. Esa propuesta en el PND, le reduce ese poder al ciudadano y se lo entrega al Estado, como si un grupo de burócratas pudiera elegir mejor que nosotros mismos qué programas debemos ver.

Con esta imposición, solo quedan tres opciones. O le transfieren esa carga al usuario en menos contenido, o se la transfieren en mayores costos, o reducen sus ganancias (y se van del país si bajan demasiado), “no hay almuerzo gratis”. De cualquier forma, pierde el consumidor; esas son las consecuencias no intencionadas de los políticos de buen corazón y así es como afectan a la misma gente que dicen querer ayudar.

Este problema, diría Hayek, viene de la “fatal arrogancia” de los políticos que creen poder solucionar problemas desde arriba, pasando por encima la libertad ciudadana.

@tinojaramillo1

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