Liderazgo al estilo de los Jesuitas

Originalmente publicado en el periódico La Patria en Febrero 8, 2019

En estos días me leía el libro “Liderazgo al estilo de los Jesuitas” de Chris Lowney. Comparto acá algunas de sus enseñanzas a propósito del cumpleaños número 65 del maravilloso colegio del que me gradué en Manizales, el colegio jesuita San Luis Gonzaga.
El autor del libro es un escritor e intelectual que en cuestión de días pasó de ser un jesuita que seguía la vida de pobreza, castidad y obediencia, entre retiros espirituales en silencio y lecturas sagradas, a ser el director administrativo de el J.P Morgan, la banca de inversión más reconocida en el mundo.


El reto más grande que encontraría Lowney al entrar en la industria financiera, reconocida por su feroz competencia, era el de encontrar la forma en que sus equipos desarrollaran el liderazgo necesario para ser más competitivos y servir mejor a los clientes. La industria de J.P. Morgan era una tormenta permanente, de hecho cuando Lowney se retiró de la banca, los diez bancos más grandes de EE.UU habían tenido que pasar por alguna fusión importante.


Todos esos líderes de bancos eran unos genios para los números, venían de las mejores facultades y tenían una ambición desbordante. La diferencia entre los ganadores y perdedores se notaba en la habilidad de tratar a personas de carne y hueso, se notaba al ver qué tanto se incentivaba a los empleados a crecer, servir (más que cumplir), asumir riesgos y trabajar en equipo. La enseñanza de los jesuitas, que se enseña desde La Pastoral de San Luis, siempre ha estado enfocada en la segunda habilidad: la educación integral hacía la diferencia en la excelencia empresarial.


Se dice que Vladimir Lenin, que no era amigo de ningún creyente de religión alguna, alguna vez dijo que envidiaba al equipo de San Ignacio de Loyola (el líder de los jesuitas). Inclusive añadió que, si solo tuviera una docena de cuadros tan talentosos y dedicados como ellos, su movimiento comunista barrería el mundo. Y no ha sido el único, esa admiración tiene un largo historial, mientras empresas como Coca Cola aún no superan sus 150 años, la Compañía de Jesús (los jesuitas), llevan 450 años cambiando el mundo.


Por otro lado, alejándonos de la empresa privada, tenemos a Joseph Badaracco, profesor de la escuela de negocios de Harvard y fuerte defensor de la autorreflexión y de las bondades de la pausa para la indagación interior. Sus investigaciones con líderes corporativos concluyen que una de las maneras más comunes y efectivas de un ejecutivo para afrentar una crisis o un momento determinante es la pausa de la vida cotidiana para reconcentrarse en sus valores y principios básicos, tal como lo dice San Ignacio en los ejercicios espirituales.


Y así tenemos miles de ejemplos, inclusive en Colombia. Carlos Raúl Yepes, de quien ya he hablado en esta columna, fue el presidente de Bancolombia que inició la campaña por una “banca más humana”, fue quien se esforzó porque los clientes sintieran que Bancolombia le estaba poniendo el alma. Carlos Raúl mejoró no sólo las condiciones de sus empleados y el servicio a sus clientes, sino también la rentabilidad de la empresa, siguiendo por supuesto, el liderazgo al estilo de los jesuitas.


Que sea hoy un día para brindar por estas enseñanzas, que sea hoy un día para brindar por el San Luis Gonzaga.


Nota: Esta columna la escribo recordando más que siempre a mi tío Gonzalo Villegas, egresado de la primera promoción de este colegio. Seguro estaría feliz de leer estas líneas.

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